Un Esfuerzo Más
"Ayuda a los niños a descubrir el poder de intentarlo una vez más. Un pequeño esfuerzo extra puede ser la clave para alcanzar grandes logros. ¡Aprende cómo!"
FÁBULAS
Tristán
2/17/20254 min read


El Pollito Perseverante
Tito era un pequeño pollito con un gran sueño: quería volar tan alto como los patos del estanque. Pero había un problema… sus alas eran pequeñas y cada vez que intentaba volar, apenas se elevaba del suelo.
—Nunca podrás volar como nosotros, Tito —dijeron los patos riendo—. No naciste para esto.
Tito se sintió triste, pero su abuelo, el gallo Don Cresta, lo miró con sabiduría y le dijo:
—Quizás no puedas volar como los patos, pero eso no significa que no puedas llegar más alto. Solo necesitas un esfuerzo más, un intento más.
Así que Tito siguió intentándolo. Saltaba y agitaba sus alas todos los días. Al principio, solo lograba elevarse un poquito. Pero en lugar de rendirse, recordó las palabras de su abuelo y dio un esfuerzo más.
Día tras día, su salto se hacía más alto. Un día, después de muchos intentos, Tito logró impulsarse lo suficiente para llegar a la rama baja de un árbol. Desde ahí, pudo ver el mundo desde arriba. No había volado como los patos, pero había logrado algo increíble gracias a su esfuerzo constante.
Don Cresta sonrió y le dijo:
—Lo lograste, Tito. A veces, solo necesitamos un esfuerzo más para alcanzar lo que parecía imposible.
Desde ese día, Tito dejó de compararse con los patos y aprendió que, con pequeños esfuerzos diarios, podemos llegar mucho más lejos de lo que creemos.
Preguntas para Reflexionar
¿Por qué crees que Tito pudo llegar a la rama del árbol aunque al principio no podía volar?
¿Te ha pasado alguna vez que pensaste en rendirte, pero intentaste una vez más y lo lograste?
¿Cómo podrías aplicar el “un esfuerzo más” en algo que quieras mejorar?
Realiza un Pequeño Esfuerzo Adicional
¿Alguna vez has estado a punto de rendirte porque algo parecía muy difícil? Tal vez intentaste atarte los zapatos y el nudo salió mal, o querías hacer una torre de bloques más alta, pero se caía una y otra vez. Aquí está el secreto: a veces, lo único que necesitas para lograrlo es un intento más, un pequeño esfuerzo adicional.
Los grandes logros no llegan de la noche a la mañana. No necesitas hacer algo increíble de golpe; lo importante es dar un pasito más, esforzarte un poquito más y seguir intentándolo, incluso cuando crees que no puedes más. Ese pequeño esfuerzo extra es lo que marca la diferencia entre rendirse y alcanzar tus sueños.
Un Pequeño Esfuerzo Puede Cambiarlo Todo
Piensa en un niño que está aprendiendo a montar en bicicleta. Al principio, le cuesta mantener el equilibrio y se cae varias veces. Podría decir: “Esto no es para mí” y dejarlo, pero si en lugar de rendirse lo intenta una vez más, pronto se dará cuenta de que cada intento le ayuda a mejorar. Hasta que un día, sin darse cuenta, estará pedaleando solo.
Dile a tus hijos:
“Cuando sientas que no puedes más, intenta una vez más. Quizás ese último intento sea el que haga la diferencia.”
La Constancia es la Clave
El éxito no siempre llega en el primer intento. Muchas cosas requieren práctica y dedicación. Pero si sumas pequeños esfuerzos todos los días, lograrás algo grande.
Ejemplo:
Si un niño quiere mejorar en matemáticas, no necesita aprenderlo todo en un día. Pero si cada día practica un poquito, sumará conocimientos y con el tiempo, entenderá más y más.
Diles:
“Cada vez que practicas algo, aunque sea un poquito, estás construyendo tu éxito. Es como poner un ladrillo cada día para construir una casa.”
No Rendirse a la Primera
Es normal que las cosas no salgan bien a la primera. Muchos niños pueden frustrarse cuando intentan algo y no lo consiguen. Ayúdales a entender que los errores no significan que no puedan hacerlo, sino que solo necesitan intentarlo una vez más.
Un buen ejemplo es aprender a nadar. Al principio, meter la cara en el agua puede dar miedo, pero con cada intento, el agua se vuelve menos aterradora hasta que, un día, están nadando sin problemas.
Diles:
“Si Thomas Edison se hubiera rendido cuando falló al inventar la bombilla, hoy seguiríamos usando velas. ¡Cada error nos enseña algo!”
El Esfuerzo Trae Sorpresas
A veces, cuando seguimos intentándolo, descubrimos cosas que no imaginábamos. Un niño que practica lanzar una pelota podría descubrir que tiene talento para un deporte. Alguien que intenta dibujar mejor puede terminar creando un personaje increíble.
Diles:
“Nunca sabes lo que puedes lograr si no das ese esfuerzo extra. Tal vez hoy no lo consigas, pero mañana podrías sorprenderte.”
Esforzarse También Puede Ser Divertido
Muchas veces, los niños ven el esfuerzo como algo difícil o aburrido. Pero podemos ayudarles a verlo como un juego o un reto personal.
Por ejemplo:
Si quieren mejorar en algo, pueden imaginar que son héroes en una aventura y que cada intento es un paso más hacia la victoria.
Diles:
“¿Qué pasaría si lo ves como un reto? Imagina que eres un explorador que debe cruzar un puente invisible. Solo necesitas dar un paso más y pronto estarás del otro lado.”
Conclusión: Un Paso Más Puede Cambiarlo Todo
Cuando algo parezca difícil, enséñales que un pequeño esfuerzo extra puede ser la clave para lograrlo. Si se rinden demasiado rápido, nunca sabrán qué tan cerca estuvieron de conseguirlo.
Diles:
“La diferencia entre rendirse y lograrlo puede estar en ese último intento. ¡Da un paso más, intenta una vez más, y sorpréndete con lo que eres capaz de hacer!”
TrIstÁn