Lila, la Tortuga: Lecciones de Paciencia y Confianza

Descubre la fábula de Lila, la tortuga del bosque, que enseña que la paciencia en la vida no es lentitud, sino confianza en uno mismo y en el propio ritmo. Aprende valiosas lecciones de vida a través de esta encantadora historia.

FÁBULAS

Tristán

10/20/20251 min read

El ritmo de Lila

Lila avanzaba despacio, como siempre. No porque tuviera prisa, sino porque le gustaba mirar las cosas con calma: las hojas que giraban en el aire, las hormigas que llevaban migas más grandes que ellas, el reflejo del cielo en el agua. Mientras todos corrían hacia la meta del Bosque Azul, Lila respiraba hondo y sonreía. Sabía que no se trata de llegar primero, sino de disfrutar el camino.

A veces escuchaba a Toto gritar desde lejos: “¡Vamos, Lila, te quedas atrás!”. Pero ella no se molestaba; solo respondía con serenidad: “Prefiero llegar tranquila que cansada de correr sin mirar”. En su paso lento, iba aprendiendo del sol, del viento y del silencio. Cuando finalmente alcanzó la meta, no encontró aplausos, pero sí paz. Y eso le bastó.

Lila entendió que cada cosa florece a su tiempo, y que la paciencia no es lentitud, sino confianza. El bosque parecía más brillante ese día, como si celebrara su manera de entender el mundo.

Moraleja: Quien sabe esperar, aprende más del camino que de la meta.

Preguntas para reflexionar

¿Por qué Lila avanzaba despacio mientras los demás corrían?

¿Qué descubrió al mirar a su alrededor?

¿Qué significa “llegar tranquila” para ti?

¿Qué cosas te enseñan paciencia en tu vida diaria?

¿Por qué la paciencia puede ser una forma de sabiduría?

TrIstÁn