Impacto digital
Descubre la importancia de fomentar la lectura y la creatividad en los niños frente al consumo pasivo de plataformas digitales
Tristán
4/1/20242 min read


Reflexionando sobre los niños y su interacción con plataformas digitales, me inclino por una experiencia más enriquecedora: contar un cuento, jugar juntos o incluso fomentar momentos de aburrimiento, en lugar de tenerlos pasivamente frente a pantallas. Esta reflexión nace al ver cómo se diluye la esencia de la infancia en el mundo digital.
Los libros deben ser portales a mundos nuevos, seleccionados por interés y curiosidad, no por obligación. Esta elección personal promueve una conexión más profunda con la lectura, algo que rara vez se logra con el contenido que, aunque práctico, nos lleva a imitar lo que vemos.
Cuando observamos un vídeo para aprender algo, tendemos a rebobinarlo y, en muchos casos, a imitar lo que vemos. En contraste, la lectura nos invita a un proceso más profundo. Al sumergirnos en un libro, no solo estamos absorbiendo información; estamos activando nuestra mente, permitiendo que las ideas fluyan. Este ejercicio mejora nuestra capacidad lingüística, nuestra comprensión y nuestra habilidad para expresarnos y comunicarnos. Más importante aún, al leer, estamos construyendo nuestros propios conceptos y criterios para abordar nuestras necesidades. A diferencia de seguir un vídeo paso a paso, la lectura nos desafía a pensar y a aplicar el conocimiento de manera creativa. No es necesario recurrir a una enciclopedia para ampliar nuestro vocabulario; el acto mismo de leer, independientemente del tema, enriquece nuestro lenguaje y nuestra forma de ver el mundo.
Consideremos la jardinería para ilustrar este punto: optar por seguir meticulosamente un vídeo tutorial podría parecer el camino más fácil. Sin embargo, al sumergirnos en la lectura sobre el tema, no solo expandimos nuestro vocabulario, sino que también afinamos nuestro pensamiento crítico. La literatura nos dota de la capacidad de discernir cuál es el momento óptimo para plantar, qué especies se adaptan mejor a nuestro entorno y cómo cuidarlas de forma adecuada. Este proceso de aprendizaje no solo nos provee de conocimiento, sino que también estimula nuestra habilidad para evaluar situaciones y tomar decisiones informadas, cultivando así un enfoque más creativo y personalizado hacia la resolución de problemas.
La creatividad se convierte en una herramienta esencial para prosperar en nuestra sociedad. Más allá de la simple imitación, crear algo nuevo requiere un esfuerzo y una habilidad que deben ser cultivados. Por ello, aliento a fomentar la creatividad en los niños, seguidores, oyentes, pareja y en cualquier persona importante en nuestras vidas.
En esta era digital, donde ser la “mejor versión de uno mismo” se ha convertido en un cliché, sostengo que la autenticidad y el esfuerzo personal son lo que realmente nos llena de satisfacción. Lograr nuestras metas por nosotros mismos, sin depender de la validación externa, enriquece nuestra existencia.
Aunque reconocemos el valor educativo y de entretenimiento de las plataformas digitales, es crucial equilibrar su uso con actividades que estimulen la mente y la imaginación de los más jóvenes y de todos nosotros.
Para aquellos que puedan pensar que están exentos de la influencia de la que hablo, les invito a observar cuántas veces sus hijos repiten palabras o frases de sus vídeos favoritos. Este simple acto revela la profunda huella que el contenido digital deja en nosotros. La diferencia radica en la naturaleza de la influencia y cómo esta modela, de manera sutil pero significativa, nuestra manera de expresarnos y, en última instancia, nuestra identidad.