Esfuerzo Personal
Enfocarnos en nuestras propias metas y esfuerzos nos ayuda a crecer y mejorar sin depender de la validación externa. Enseñar a los niños a valorar su esfuerzo y aprendizaje personal es clave para desarrollar autoconfianza y un sentido de orgullo en lo que logran, más allá de las comparaciones con los demás.
FÁBULAS
Tristán
9/30/20244 min read


La Fábula de Lucas y la Gran Carrera de Matemáticas.
Había una vez un niño llamado Lucas, que no se consideraba bueno en matemáticas. En su clase, había compañeros que resolvían los problemas con rapidez, mientras que Lucas sentía que siempre se quedaba atrás. Un día, la escuela organizó una "Carrera de Matemáticas", en la que todos los alumnos participarían resolviendo problemas. Aunque sabía que no era el mejor, Lucas decidió intentarlo.
Cuando comenzó la carrera, vio a sus compañeros resolver problemas rápidamente, pero en lugar de frustrarse, recordó lo que sí sabía hacer bien: analizar las preguntas con calma y no apresurarse. Aunque no era rápido, Lucas decidió centrarse en lo que podía hacer. Con paciencia, fue resolviendo cada problema, cometiendo errores en algunos, pero aprendiendo de ellos en el proceso.
Mientras avanzaba, otros niños terminaban y recibían felicitaciones, pero Lucas continuó a su ritmo. En lugar de enfocarse en ganar o en recibir reconocimiento, disfrutaba del reto de mejorar con cada problema. Al llegar al final de la carrera, aunque no fue el primero en terminar, había completado todos los problemas. Pero más importante que eso, había aprendido nuevas formas de resolver los ejercicios que antes no conocía.
Aunque no ganó un premio, Lucas se sentía orgulloso. No por la victoria o por la aprobación de los demás, sino porque había mejorado y aprendido algo nuevo. Descubrió que el valor real no está en ser el mejor, sino en esforzarse y aprender en el proceso. Y aunque nadie lo felicitó en público, Lucas se fue a casa con una sonrisa, sabiendo que había crecido de una manera que ningún trofeo podía representar.
Reflexiones para los niños:
¿Cómo crees que se sintió Lucas al ver que no era tan rápido como los demás?
Si estuvieras en su lugar, ¿cómo te habrías sentido al terminar la carrera?
¿Qué crees que aprendió Lucas sobre sí mismo y sobre la importancia de no rendirse?
Enseñarles a los niños que el valor de sus vidas proviene de su interior es un regalo que les acompañará para siempre. En un mundo donde las apariencias y la validación externa parecen serlo todo, es crucial que comprendan que lo que realmente cuenta es lo que son por dentro: sus pensamientos, valores, emociones y cómo eligen enfrentarse a los desafíos. A menudo, las comparaciones con los demás nos alejan de nuestro propio camino y hacen que perdamos de vista lo que realmente es importante para nosotros.
Podemos entender este concepto desde muchas perspectivas, como aquellas que nos enseñan a enfocarnos en lo que controlamos. No podemos cambiar lo que los demás piensan o cómo viven, pero sí podemos controlar nuestras decisiones, nuestra actitud y nuestros esfuerzos. Si cada persona se centrara más en su propio desarrollo y en hacer lo mejor con las herramientas que tiene, en lugar de preocuparse por lo que otros hacen o logran, veríamos un mundo mucho más equilibrado y feliz.
Esta enseñanza también se refleja en las escrituras, que nos recuerdan que no debemos enfocarnos en los "tesoros terrenales" (es decir, las apariencias externas o la aprobación de otros), sino en los tesoros que acumulamos en nuestro interior: los valores, el crecimiento personal y la sabiduría. La esencia de este mensaje es clara: lo que otros muestran no siempre refleja la realidad completa, y lo que realmente importa es lo que llevamos dentro.
Es fácil, especialmente para los niños, caer en la trampa de compararse con otros. Quizá vean a sus compañeros de clase con juguetes más grandes o sientan que no tienen las mismas habilidades que sus amigos, lo que puede hacerles sentir insuficientes. Pero la clave está en enseñarles que cada uno tiene su propio ritmo, sus propios retos y talentos. Lo que realmente cuenta es cómo avanzamos en nuestro propio camino y cómo usamos lo que tenemos dentro para mejorar, sin depender de la aprobación externa.
Para inculcar este pensamiento en los niños, es importante que lo vean reflejado en su vida diaria. A través de actividades simples, podemos ayudarles a valorar su propio esfuerzo. Una forma es animarlos a fijarse metas pequeñas y celebrar sus logros, no porque otros lo digan, sino porque han puesto su empeño en ello. Es clave que aprendan a reconocer que el valor de un logro no está en cómo se compara con los demás, sino en el esfuerzo que han puesto para alcanzarlo.
Otra manera efectiva de enseñar esta lección es mediante la reflexión. Por ejemplo, si tu hijo siente que no es tan bueno en un deporte como su amigo, pregúntale: "¿Cómo te sientes cuando juegas? ¿Te esfuerzas y te diviertes?" Esto les ayuda a entender que lo importante no es ser el mejor según un estándar externo, sino disfrutar de lo que hacen y esforzarse por mejorar según sus propias capacidades.
El diálogo abierto sobre las emociones y los pensamientos internos también es fundamental. Pregunta a tus hijos qué piensan de sí mismos y ayúdales a comprender que lo que piensan sobre su valor personal debe venir de ellos mismos, no de lo que otros les digan. De esta manera, poco a poco, los niños aprenden a reconocer que la validación que realmente importa es la que se dan a sí mismos.
Al final, lo más importante es enseñarles a vivir una vida auténtica, centrada en sus propios valores, esfuerzos y metas. Así, crecerán con la confianza de que, pase lo que pase, lo que llevan dentro es lo que crea su verdadero éxito, y no lo que otros ven o juzgan desde el exterior.
TrIstÁn