Cambiar de rumbo

Descubre cómo enseñar a los niños a cambiar de rumbo cuando algo no funciona. Aprende a través de juegos y reflexiones cómo ayudarlos a enfrentar errores y mejorar sus decisiones con valentía y sabiduría.

FÁBULAS

Tristán

9/16/20243 min read

La Fábula de Fermín y la Montaña de Juguetes

Había una vez un niño llamado Fermín que tenía una gran montaña de juguetes. Un día, decidió construir una torre con todos ellos. Pero cuando estaba a punto de terminar, la torre se desplomó. Frustrado, decidió seguir apilando juguetes sin prestar atención a cómo lo hacía.

Su abuela, que lo observaba, le dijo: “Fermín, si sigues apilando sin cuidado, la torre siempre caerá. A veces es mejor detenerse, ver lo que no funciona y corregirlo”.

Fermín, terco, ignoró el consejo y volvió a construir la torre rápidamente. Y como antes, la torre se desplomó.

Finalmente, decidió probar algo diferente. Desarmó todo, empezó de nuevo con cuidado y, esta vez, logró construir una torre firme. Fermín aprendió que cuando algo no funciona, es sabio detenerse y cambiar de rumbo.

Reflexión para los Niños:
  1. ¿Cómo crees que se sintió Fermín cuando su torre seguía cayendo y no sabía qué hacer?

  2. Si estuvieras en el lugar de Fermín, ¿habrías seguido construyendo la torre de la misma manera o habrías intentado hacer algo diferente?

  3. ¿Qué crees que aprendió Fermín al detenerse, mirar bien lo que no funcionaba, y cambiar su manera de construir la torre?

A veces, cuando tomamos una decisión o hacemos algo, pensamos que es lo correcto, pero con el tiempo nos damos cuenta de que esa elección ya no nos ayuda. No es malo reconocer que estamos yendo en la dirección equivocada; al contrario, darnos cuenta de eso nos ayuda a aprender y mejorar.

Imagina que estás caminando hacia un lugar y te das cuenta de que te has perdido. ¿Qué harías? ¡Cambiar de rumbo! No seguirías caminando hacia donde sabes que no es el camino correcto. Pues en la vida ocurre lo mismo: si te das cuenta de que algo ya no te está llevando donde quieres, lo más valiente que puedes hacer es detenerte, mirar bien, y elegir un nuevo camino. Aprender a corregir nuestras decisiones no significa que hemos fallado, sino que estamos creciendo y aprendiendo. ¡Eso es lo que nos hace más fuertes y sabios!

¿Cómo Enseñar a un Niño a Corregir su Rumbo?

Los niños también enfrentan momentos en los que se dan cuenta de que han cometido un error, ya sea al jugar, al compartir o al tomar decisiones. Lo importante es que les mostremos que corregir su camino es un acto de valentía, no de debilidad. Si un niño toma una mala decisión, como no compartir un juguete o no seguir las reglas de un juego, es esencial enseñarle que darse cuenta de su error y cambiar su conducta lo hace más fuerte. Explicarles que todos cometemos errores y que lo importante es aprender de ellos les ayuda a tener confianza en sí mismos y en sus futuras decisiones.

Juegos de Decisiones

Una excelente manera de enseñar a los niños a cambiar de rumbo cuando lo necesitan es a través de juegos de decisiones. Se puede organizar un juego donde los niños tomen pequeñas decisiones, como elegir una ruta para llegar a un destino. Si descubren que la elección no los lleva donde esperaban, pueden cambiar de dirección. Esto refuerza que cambiar de decisión no solo es positivo, sino necesario cuando algo no está funcionando. A través de este tipo de actividades, los niños aprenden a ser flexibles y a ajustar sus acciones sin miedo a equivocarse.

Preguntas Reflexivas

Después de realizar una actividad o contar una historia, es importante hacer preguntas que lleven a los niños a pensar sobre sus decisiones y las consecuencias de las mismas. Preguntas como "Si te das cuenta de que algo no está funcionando, ¿qué harías?" o "¿Crees que es mejor seguir por un camino que no te lleva a lo que quieres, o es mejor cambiar?" invitan a los niños a reflexionar sobre sus acciones. Al guiarlos hacia una mayor conciencia de sus propias decisiones, estamos fomentando su capacidad de pensar críticamente y de evaluar cuándo es el momento de cambiar de dirección.

Comparaciones con la Vida Real

Los niños aprenden mejor cuando pueden conectar los conceptos con situaciones que ya conocen. Comparar la corrección de un rumbo con algo tan cotidiano como armar un juguete o hacer un dibujo es muy útil. Por ejemplo, si están intentando encajar una pieza en un juguete y no lo consiguen, podemos explicarles que está bien detenerse, revisar lo que no está funcionando y hacer un cambio. Esto les enseña que no es un fallo el tener que ajustar su acción, sino una oportunidad para mejorar y llegar a una mejor solución.

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